El pueblo de Es Castell, nacido a la orilla del puerto de Maó como arrabal de la fortaleza inglesa de San Felipe, fué bautizado por sus fundadores como Georgetown.
Una vez acabó la dominación inglesa, los españoles decidieron llamarlo Villacarlos.
Ahora se le llama Es Castell, en recuerdo a la desaparecida fortaleza, y haciendo honor al nombre popular, que se ha mantenido al margen de las sucesivas dominaciones.
La gran plaza mayor, de aire militar y rodeada de antiguos cuarteles, recuerda los orígenes de este bonito pueblo.
Visita obligada es su pequeño puerto, Calas Fonts, donde los viejos almacenes de pescadores son hoy restaurantes donde se sirven pescados frescos y langosta, o animados bares de copas.
También se ve desde aquí la antigua fortaleza-hospital del Lazareto, dónde se recluía a los enfermos contagiosos, por un largo periodo de cuarentena.