Considerada una antigua villa real donde se dice que a principios del Siglo XI (1059), San Salvador de Leire adquirió algunas herencias. Constando en las escrituras de la época entre los nombres de los grupos nobiliarios y los monjes de la abadía; Se dice que Santa María de Roncesvalles poseía bienes y rentas a mediados del Siglo XIII, gracias a las entregas que los labradores del lugar realizaban allá por el año 1280.
En 1465 el Rey Juan II cede de manera perpetua las rentas de la corona al escudero Martín de Erro, que siguió las transferencias de herencia hasta la mitad del Siglo XIX, que se realizó la reforma municipal.
Contaba entonces con la frecuentada ermita de Santa Marina, de la que se dijo posteriormente que se encontraba alejada del pueblo y cercana a las ruinas de un antiguo castillo; en 1850 tenía escuela y se cultivaban tierras robadas en Ayesa.
Ya en 1935 se confirma la existencia de ruinas a 2 kilómetros del pueblo; Más considerada una casa reforzada, dotada de diferentes elementos defensivos, antes que considerada como un castillo propiamente dicho.
Cabe destacar también la Iglesia Parroquial de San Andrés, de carácter rural, que data del Siglo XVIII, de importante tamaño y realizada en piedra, que consta de una sola nave y con campanario.
Incrustada entre un verdeante valle, este apacible pueblo de escasos habitantes es un remanso de paz, acogedor y sencillo.