La trayectoria de despoblación que está sufriendo Lerga desde los años 50 ha hecho que se convierta en un gran atractivo para quienes buscan tranquilidad y descanso en sus vacaciones. Quienes aún permanecen residiendo se dedican principalmente a las actividades agropecuarias, teniendo especial importancia los cultivos de secano como los cereales, olivos o viñedos. Favorables son para ellos, el clima que tienen, con veranos calurosos y secos e inviernos fríos y lluviosos.
A pesar de contar con tan sólo 70 habitantes, son muchos los lugares de interés que tiene Lerga. Uno de ellos está en la Iglesia de San Martín, construida allá por el año 1200 y que posteriormente ha ido sufriendo una serie de modificaciones. El retablo mayor del templo data de la segunda mitad del siglo XVII y fue diseñado por el arquitecto Simón de Iroz y Villalva. La Ermita de Santa Bárbara también es importante para los lugareños y de digna visita para quienes lleguen hasta aquí. Aunque exteriormente no tenga signos religiosos, en otros tiempos, en una de las paredes tuvo una lápida romana que actualmente ha sido recuperada y está expuesta para quienes la quieran visitar en el Museo de Navarra.
En ruinas se encuentra el Monasterio de San Ginés perteneciente al siglo XV y del que se dice era un antiguo convento de templarios. A día de hoy todavía se sigue diciendo que entre los restos se encuentra el “anillo del abad”.
Y si importante era la Iglesia de San Martín, no menos son las fiestas celebradas en su honor. El día 28 de agosto las calles del pueblo se colorean de fiesta y sus habitantes salen a disfrutar de esta fecha.
Para quienes están interesados en hacer turismo por esta zona, verán que es un privilegio caminar por la naturaleza. Senderos bien señalizados permiten hacer este recorrido a pie o en bicicleta, siempre a gusto del visitante.