Posiblemente el nombre de Orense tenga un origen céltico, siendo su emplazamiento inicial el que ocupan las aguas termales conocidas como Burgas, aunque la ciudad situada al margen izquierdo del río Miño tenga más que ver con el Auria romana.
En tal sentido, se conservan de la época muestras arqueológicas en su Museo Provincial, cuyo edificio presenta en parte una hechura romana primitiva, junto a las cloacas de la calle Cervantes, del mismo periodo, y el llamado Puente Viejo o Romano, uno de los más antiguos y bellos de Europa, que da acceso a la ciudad.
El casco antiguo está declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional y en él se encuentra el principal monumento de Ourense, la Catedral, junto a la plaza Mayor, construida en la segunda mitad del siglo XII, al igual que el antiguo Palacio Episcolpal.
Muestra del periodo suevo y de la vida activa de toda la Edad Media son también las columnas de la fachada de la iglesia de Santa María Madre.
Estos monumentos han ido sufriendo transformaciones a lo largo de su historia.La Catedral, en una superposición de románico y gótico, no se termina hasta el siglo XVI y fue reconstruida, casi totalmente en el siglo XIX.La actual iglesia de Santa María Madre reemplaza a otra románica, perdida en buena medida en el siglo XVIII, y a la que se accede por una escalinata desde la pequeña y romántica plaza de la Magdalena.
La transición del románico al gótico se puede apreciar en el claustro de San Francisco, cuyo convento, reedificado a comienzos del siglo XVI en el lugar que ahora ocupa, fue testigo de las luchas eclesiásticas de la ciudad.
En los edificios historico-civiles destacan las casas-palacio de los Boanes, de los Oca-Valladares y las de soportales de los siglos XVI y XVII, cuál es la antigua cárcel de la Corona, y las que confluyen en la plaza del Hierro, con su fuente renacentista.
Situada entre la plaza Mayor y los jardines del Posio, con sus castaños de indias, se encuentra la iglesia de la Santísima Trinidad, de pórtico ojival y dos torres cilíndricas que flanquean la fachada.
Pero además, Ourense es también lugar de buenos restaurantes y tabernas, que el viajero puede localizar en las calles de Cervantes y de San Miguel, para degustar el buen vino del Ribero y una de las mejores gastronomías gallegas, antes de poder hacer compras por la avenida de la Habana o El Paseo.
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