La Rades del puerto es uno de los barrios más antiguos de Santo Tomé del Puerto, un municipio formado por tres núcleos de población: Villarejo, Roquero y la propia Rades.
A este municipio perteneció durante cerca de 30 años el pueblo de Siguero, recientemente constituido en entidad local menor. Pasa lo mismo con Sigueruelo pero cambia que Sigueruelo no es entidad menor y por eso es un barrio de Santo tomé.
De los tres barrios, La Rades es el pueblo situado más al sur, y por tanto el más cercano a la Sierra, por lo que es un buen punto de partida para las excursiones por esta parte del Sistema Central, con dos puntos destacados: el pico de Cebollera (2.129 metros) y el del Pico del Lobo, el punto más alto de la Sierra de Ayllón, con 2.273 metros.
Del pueblo de La Rades, hay noticias al menos desde el siglo XV, cuando ya formaba parte, junto con Villarejo y Rosuero, del término de la abadía de Santo Tomé, fundada en el siglo XIII durante el reinado de Alfonso VIII el Noble. De los tres, era el único barrio que quedaba al otro lado del Camino Real de Bayona (luego carretera Nacional I).
Dice la leyenda que en La Rades del Puerto se celebró la última batalla entre los reyes de Castilla y los musulmanes que se habían quedado en estas tierras, allá por el siglo XI. Esa batalla tuvo lugar cerca del día de Santo Tomás, por lo que más tarde, y pare celebrar la victoria, se levantó una ermita que posteriormente se convirtió en un convento, en el año 1288. De ese antiguo edificio ya sólo se mantiene en pie la torre, y también desapareció -a finales del siglo XVI - el asentamiento que se organizó entorno a él, debido a una peste que diezmó a un tercio de su población en tan solo dos meses.
A lo largo de los siglos el Convento de la Orden aparece en los escritos de diversos cronistas. Siglos antes de la Desamortización, los términos de la abadía habían sido confirmados por Fernando III en 1231 y pertenecía a la Orden de Canónigos Regulares de San Agustín. A principios del siglo XV, en 1412, el papa Benedicto XIII deshizo la abadía y la convirtió en priorato, por el descontento de las autoridades eclesiásticas con los canónigos reglares, pasando a depender del monasterio de Párraces. Otra bula papal, en este caso en 1573 y emitida por Gregorio XIII a petición del rey Felipe II, ordena que el priorato pase a depender del monasterio de San Lorenzo del Escorial.
Lo que sí está claro es que a lo largo de los siglos este convento (que recibió el nombre de Segovilla) ejerció una importante influencia en el desarrollo de la vida del municipio. De hecho, una de las posadas más importantes del pueblo, la venta Juanilla, justo en las estribaciones de la sierra, era propiedad suya. La historia del convento, que había venido a menos en los siglos XVI y XVII, acaba en la Desamortización de Mendizábal, en el año 1835. El convento y sus propiedades fueron incautadas por el Gobierno y pasan a ser bienes nacionales. Fueron vendidos en subasta pública, salvándose sólo los edificios de la iglesia y el convento (lugares abiertos al culto) junto con la franja de terreno que los rodea.
La Rades es un topónimo vasco que significa "dehesa" o "pastizal", por lo que una de las teorías más extendidas es que los primeros pobladores de estas tierras procedieran de esa parte del norte de la Península. A mediados del siglo XIX La Rades formaba ya municipio con Rosuero y Villarejo. Los tres barrios sumaban 159 casas (23 de ellas en Las Rades) y una población de 509 personas, y había una iglesia parroquial (la de Santo Tomás Apóstol) y tres ermitas: la de San Juan Bautista en Rosuero, la de San Roque en Villarejo y la de San Sebastián en La Rades (actualmente bajo la advocación de Santa Ana). Los vecinos se surtían de las aguas que bajaban en los numerosos arroyos y manantiales de la sierra. Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico de España (1850), menciona a La Rades diciendo de su emplazamiento que está (situado a los pies de las sierras carpetanas, en terreno sumamente escabroso y húmedo). Se producía lino, centeno, legumbres, pastos y leñas, y había un molino harinero. Además, se criaban ovejas, vacas y asnos, y en sus campos se criaban las liebres, conejos y perdices.
La Rades, ha estado fuertemente vinculada a la cría de ganado ovino y a la trashumancia. De hecho, por su término municipal pasan dos de las cañadas más importantes: la Cañada Soriana Occidental, que recorre 700 kilómetros y cruza en diagonal desde Soria a Trujillo, en Cáceres, y la Cañada Real Segoviana, que con sus 500 kilómetros de longitud nace en Burgos, atraviesa el Sistema Central por Somosierra y llega hasta la provincia de Badajoz.
Este municipio también sufrió los enfrentamientos bélicos más allá de la expulsión de los árabes en el siglo XI. Las faldas de Somosierra fueron lugar de enfrentamiento entre las tropas españolas y las napoleónicas en 1808. En la Guerra Civil Española, este macizo fue también frente de las batallas entre las tropas nacionales y las republicanas.
En el año 1952, Santo Tomé del Puerto contaba con 200 viviendas y 643 habitantes. Producía cereales, patata y legumbres, y se criaba ganado lanar y vacuno.
La Rades continúa siendo uno de los barrios más pequeños de Santo Tomé del Puerto, con una población de unos 30 habitantes. Junto a la vieja torre del antiguo convento (que fue rehabilitada por los propios vecinos) se ubica un aeródromo que se construyó durante la Guerra Civil (1936-1939) como lugar estratégico para la defensa de Madrid. Ahora es un centro deportivo, donde se practica el vuelo sin motor.
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