Qué ver en Seron De Nagima

Gruesos tapiales, horadados, al Sur de la villa, se levantan en el altozano, mostrando las ruinas de un gran castillo, que los naturales llamaron fortaleza, conocida con el nombre de plaza de armas, que, unidas ambas, hacían casi inexpugnable aquella fortificación. Acualmente, enormes paredones, de tres metros de expesor, dan ligera idea de lo que fue.

Importante hubo de ser esta plaza en tiempos de la dominación de la morisma, así como después en las luchas fronterizas de Castilla con Aragón, pues su nombre suena siempre unido con los de Monteagudo, Deza y Peñalcázar. De factura árabe, pues recuerda la maciza construcción de Alcazarquivir en Marruecos y de algunos otros castillos en Andalucía y Portugal. Carecemos de noticias durante su posesión por la Media Luna; en cambio van apareciendo datos, ya en manos de cristianos en la primera mitad del siglo XII, pues el 6 de Marzo de 1138 el Papa Inocencio II, confirmando la concordia hecha en Burgos por su legado enviado Cardenal Guido, sobre el pleito de límites entre Don Jimeno, obispo de Burgos, y Don Beltrán de Osma, concedía al de Sigüenza los diezmos y salinas, molinos y el castillo de Serón: necnon Seronem castellum cum omnibus terminis suis al siguiente, estando el rey Alfonso VI de Castilla en Almazán, el 16 de Septiembre de 1138, expidió un privilegio en favor del obispo de Sigüenza Don Bernardo de Agen, donandole la villa real de Serón, con sus términos, moros y sus familias encargando al obispo su repoblación por ser locus, largus, desertus et incultus, ya fuesen cristianos, moros o judíos, y que se gobernasen por el fuero de su agrado, et eis qui ibi populaberint tales foros donant qualesquesierin .

Dos años después, el citado emperador fechaba una carta inter ambas aquas, in loco qui est in via qua itur de Sancto Petro ad Calagurram, el día 7 de Octubre de 1140, por la que cambiaba su villa de Serón, con sus términos y diezmos reales, por la de Caracena, que le daba el obispo de Sigüenza Don Bernardo, y así se confirmaba en la bula de Eugenio III aprobando la gestión del cardenal Guido sobre límites interdiocesanos, quedando para Sigüenza en 1146.

A finales del siglo XII, hallándose en Soria el rey Sancho IV, hacía merced, el día 23 de Mayo de 1288, al obispo de Osma, Don Juan Álvarez, de las iglesias de Serón y Monteagudo, que tuvo Fernando Martínez, canónigo de Toledo por presentación de Alfonso X y por otorgamiento del obispo de Osma, Don Agustín.

Todavía estaba candente del pleito de los infantes de La Cerda, en 1296, pues Alfonso de La Cerda, ayudado por Enrique de Aragón, entró por tierras de Soria, titulándose rey de Castilla, y se apoderó de Serón, Soria, Osma, Almazán y Deza, sujetas durante dos años al podería del inquieto Juan Núñez, pero tuvieron que ser devueltas en breve por el tratado de Tarazona y de Huerta.

Transcurrido medio siglo, entrando ya en el año 1357, estando de fronteros en la villa de Serón Juan de La Cerda y Álvaro Pérez de Guzmán, se declararon en rebeldía contra su Rey Don Pedro I, quien desde Sevilla, tuvo que ir precipitadamente a Molina de Aragón y pasar a tierras de Deza y Serón a castigar la rebelión.

Al año siguiente, 1358 a 1359, volvió Don Pedro a la villa de Serón, con el fin de entrar en Aragón, por Bordalba, y regresó después a su villa de Deza, dejando de frontero, en la de Serón, al maestre de Calatrava, Diego García de Padilla.

A su vez, su irreconciliable hermano Enrique de Trastamara entró por estas tierras sorianas desde Aragón y tomó, por combate, la villa de Serón, pasando seguidamente a peñalcazar, de la que no pudo apoderarse, por tener un castillo muy fuerte.

Ocurrida la tragedia de Toro, en que fue asesinado Pedro Estébanez Carpinteiro, tenidoo por maestre de Calatrava, en las haldas de Doña María, madre del Rey Don Pedro, fue en 1358 el verdadero el verdadero maestre Diego García de Padilla, por capitan general de la frontera de Aragón en servicio del Rey Don Pedro, contra el Rey de Aragón, que también se decía Don Pedro. Fueron con el maestre a esta guerra 150 comendadores desde Orden, con los quáles y con la gente que el Rey le dió estuvo por capitán, en la villa de Serón, que es en la raya de Aragón, no lexos de la ciudad de Soria.

Allí el maestre sirvió muy bien al Rey haciendo muchas entradas en Aragón por la parte de Ariza tomando Villarroya, por fuerza de armas, y otras refriegas habidas en campo de Arabiana, donde sufrieron revés de los castellanos.

Ninguna noticia tenemos del castillo, ni de su Villa, durante el siglo XV, y pasando al siglo XVI, únicamente dos ejecutorias contra la villa de Serón dan señales de su existencia; una se refiere a los alcaldes de Mesta, para que no hiciesen visitas a la villa de Serón y lugares de su tierra (Valladolid, 18 de Marzo de 1585), y otra ejecutoria condenando al Consejo de la Villa a que no cobrase nada a los hermanos de Mesta y les dejasen pasar libremente (Granada, 11 de Octubre de 1595).

En la Biblioteca nacional hay un memorial , dado al marqués de Poza, señor de la villa de Serón y su tierra, para que pueda sacar alcalde y regidores para el año 1588.

El día 1 de Abril de 1707, tropas del archiduque Carlos de Austria pretendiente al trono de España, entraron en la villa de Serón, en número de 700 hombres, de caballería e infantería, y el comandante de las tropas de Felipe V de Borbón, que solo contaba con 160 dragones dispuso retirarlas al castillo, dejando la Villa desamparada aun de los vecinos, pues muchos se metieron también en el castillo y otros pocos, con muchas mujeres, se refugiaron en la parroquia de Santa María, en la cual entraron los soldados del archiduque, cometiendo sacrilegios y tropelías y robos sin cuento.

Un siglo más tarde, en 1319, aquel recio castillo fue reducido a cenizas y destrozado por las tropas francesas invasoras, y a mitad del mismo siglo XIX en 1861 era vendido aquel valuarte por la cantidad de 400 reales, a Don Antonio Sánchez.