Qué ver en Bellmunt Del Priorat

Municipio del Priorat, situado cerca de Falset. Ocupa una colina en medio de una llanura situada entre montañas, como las que se extienden por todo el Priorat. El término tiene una extensión de 8,93 km², delimitado al norte y al noroeste por el río Siurana. Lo cruza también el barranco dels Molins.

El pueblo, a 261 metros de altitud, es el único núcleo de población del municipio.


La historia de Bellmunt del Priorat va indiscutiblemente ligada a la historia de las minas existentes en su territorio, que ya se mencionaban en la antigüedad. Estas minas, situadas entre el pueblo y el río Siurana, fueron explotadas con toda seguridad en la época romana. Existen posibilidades de que los filones a ras de suelo fueran utilizados anteriormente por los pobladores íberos.

El pueblo y la mayor parte de su término municipal fueron anexionados a la Cartuja de Escaladei mucho más tarde que otros pueblos del Priorat histórico. En 1218, el arzobispo Aspàrec de la Barca cedió a los cartujanos los diezmos y las primicias.

A partir de 1553, Bellmunt se agrega a Falset, al cual perteneció hasta el siglo XIX. A mediados del siglo XVIII, las minas que hasta entonces habían sido explotadas por particulares que pagaban el diezmo al arzobispo de Tarragona, que tenía el señorío, fueron declaradas de propiedad pública y explotadas hasta la Guerra de la Independencia.

Después de la guerra se hicieron importantes inversiones para ponerlas de nuevo en explotación y fueron cedidas en arrendamiento.

Durante las guerras carlistas, el pueblo estaba a favor de los liberales, pero como no contaba con fuerzas suficientes, fue asaltado y ocupado por los carlistas de Cabrera en el año 1838, que sacaron de las minas el mineral de plomo que necesitaban para su fábrica de municiones de Miravet. Después prendieron fuego a las instalaciones de la compañía arrendataria, que tuvieron que ser abandonadas.

A mediados del siglo XIX, el Estado arrendó de nuevo las minas, y esto hizo que el pueblo se recuperara muy pronto de los estragos de la filoxera, que tanto afectó a los pueblos del Priorat.

Durante el siglo XX, la explotación de las minas de plomo llegó a puntos culminantes. En el año 1970, ya en plena decadencia, las minas todavía daban ocupación a 200 trabajadores, pero últimamente, y como tantas otras empresas, han tenido que cerrar.