Municipio de la Conca de Barberà, se encuentra en la parte central de la comarca, a la derecha del río Anguera, que forma en casi su totalidad el límite oriental.
El término municipal, con 8,16 Km2 de extensión, es prácticamente llano por zona centro y accidentado por los últimos contrafuertes de la Sierra de Tallat, por la zona norte. Atraviesan el término dos barrancos, el Xano y el del Molino, que provienen del termino de Solivella y desembocan al río Anguera, dentro del termino de Montblanc.
La posición del antiguo pueblo es sumamente pintoresca. Situado en un macizo elevado en forma de península (384 m. de altitud), bordeado por el torrente de "Torrentill" y el desfiladero natural del río Anguera. En la parte más alta se construyeron las primeras casas a principios del siglo XI, alrededor de su castillo. Forman la población de Pira los barrios de Pira, Pireta, Piroia, Carrerada y en la actualidad hay que añadir las nuevas viviendas construidas en el barrio de Miralpeix.
A finales del siglo X, Pira formaba parte de una gran extensión de terreno yermo y deshabitado, situado entre la frontera oriental del condado de Barcelona y la del reino sarraceno de Lérida. Fue posteriormente, durante un período de calma y paz entre cristianos y sarracenos, que permitió que se estableciera allí un grupo reducido de repobladores.
Durante los siglos en que dura la Reconquista, el término de Pira y su castillo formaron parte y frontera en esta batalla.
Haciendo una relación cronológica de los orígenes de Pira nos situamos en el 25 de Marzo de 1067, momento en que el conde Berenguer Ramón II hacía donación del castillo de Pira al conde Ermengol de Urgell. Éste, el 17 de abril del año siguiente, dejaba en manos de Arnau Pere de Ponts su repoblación y defensa. Fue el mismo Arnau quien dirigió la colonización del pueblo de Pira y murió durante una incursión sarracena. Los sarracenos también capturaron a los lugareños, obligándolos a la esclavitud y destruyendo las edificaciones existentes.
Durante la primavera del año 1135, Ramón Berenguer IV acabó la Reconquista en la zona del río Anguera, conquistando el castillo de Pira. Cuando murió Arnau de Ponts, lo sucedió Bernat Pere de Ponts, hijo del hermano de Arnau.
En el mes de Marzo de 1129 moría Bernat y dejaba Pira con dominio permanente a su hijo Pere de Puigverd. Pere de Puigverd no atendió personalmente el dominio de Pira sino que colocó a su vasallo Arnau Ponç.
El 18 de diciembre, Pere de Puigverd estaba muy enfermo y redactó un testamento cediendo su dominio de Pira al Monasterio de Poblet. Su familia señoreó por el pueblo hasta finales del siglo XII.
El 13 de febrero de 1168, el castellano Guillem de Montagut cedía a su hijo Guerau el castillo de Pira.
En junio de 1176, Arnau de Ponç y su hijo Pere de Bellvís, vasallos de Pere de Puigverd, dieron Pira al Monasterio de Poblet. Por el manifiesto de Poblet sabemos que en 1183, el rey Alfonso confirmó el honor de Pira al Monasterio.
El 8 de febrero de 1133, el conde Ermengol VI de Urgell, daba en su testamento el término actual de Pira a la Orden de los Templarios. El año siguiente, el conde Ramón Berenguer III confirmaba esta donación. Las confrontaciones entre Pere de Puigverd y el conde Ramón Berenguer IV por el dominio del enclave Pira impulsaron la celebración del juicio de Lleida el 29 de abril de 1157.
En 1187 Guillem de Montfalcó cede a los templarios el terreno y los derechos de agua y molinos desde Pira a Miralpeix. El 12 de Mayo de 1248, Guillem de Monclús vende la villa y el castillo de Pira a la Orden por 3.000 morabetins.
En 1317, el dominio de Pira pasó a la Orden del Hospital de San Joan y el Gran Prior de Catalunya adquirió la total jurisdicción en 1380.