Casas rurales en San Agustín del Guadalix, Madrid

El alojamiento es bueno para parejas y aventureros. Se alquila por separado o como complemento del número de camas de Las Charolas. Para anuncios, consultar precios. Se solicitará una fianza de 50€ por la llave que se devolverá en el check-out. EL LUGAR El vagón de tren de los años sesenta, está acondicionado con todas las comodidades de una vivienda convencional en donde la madera es la principal protagonista. Tiene una pequeña cocina de gas, lavaplatos, nevera, microondas, salón con chimenea y sofá cama, aire acondicionado, terraza voladiza, cuarto de baño con una gran ducha y un dormitorio con una cama de matrimonio y ventilador de techo. Es sin duda una experiencia única y romántica. Una suite nupcial diferente, glamourosa, disponible para los huéspedes ! Pasear por el bosque de encinas y enebros, disfrutando de 3has cercadas. Disfrutar de una copa de vino en la mesa de una encina centenaria, o ver el atardecer desde un banco de madera, son los encantos que ofrece la Casa Vagón y su entorno. ATENCIÓN A LOS HUÉSPEDES Se ofrece un primer desayuno. Hay vino y zumo en la nevera. En la urbanización de enfrente hay un DÍA y varios restaurantes. El Vagón tiene utensilios para que el huesped pueda cocinar.

Las Charolas es una finca de 3 hectáreas , a 15 minutos de Madrid. En lo alto de una colina y rodeada de encinas y enebros, está la casa inspirada en un cottage inglés. Espacios grandes y luminosos y acceso directo al jardín y al campo desde todas las estancias de la planta baja. La finca está cercada, por lo que se pasea en absoluta libertad, disfrutando del olor a tomillo, romero y jara. Es usual ver conejos, palomas torcaces y alguna perdiz y, por la noche, escuchar al cuco. En verano, una lechuza en una de las encinas, da la bienvenida a la casa. Aperitivo en los porches, baño en la piscina, siesta en las tumbonas... La cama elástica hace las delicias de los jóvenes Y, al atardecer, después de un paseo, una copa en el rincón del viejo trillo. La cena puede ser en la mesa que hay en el salón, bajo el cuadro de la sopera, o en la gran cocina. El comedor del campo, ofrece la barbacoa y el paellero de gas. Las farolas y bombillas le dan un toque festivo. El Otoño invita a los paseos y recogida de setas, al asado de bellotas y castañas en la chimenea, a tomar una sopa caliente con las hortalizas del huerto y a disfrutar de un buen libro a la cálida luz del atardecer. El principal atractivo del lugar es vivir en el campo, con tranquilidad y silencio, Ir a trabajar a la ciudad y volver a un remanso de paz. Disfrutar del tiempo que nunca se encuentra, saboreando el lento pasar de l