Actualmente se encuentra habitada por unas 50 personas, aunque en verano, puede aumentar poblada por una decena de lugareños más, pues aprovechan las vacaciones de verano para volver a su lugar de origen. No obstante, se ha notado como en la última década del siglo XX la población comenzó a descender hasta llegar a quedarse en la actualidad en los 50 habitantes que residen con carácter anual en el pueblo.
A pesar de ser tan pequeño, en su interior cuenta con dos localidades más pequeñas: Buezo y Revillalcón. Uno de los monumentos del que más orgullosos se encuentran sus habitantes es del Santuario de Santa Casilda. Pertenece a finales del siglo XVI y no sólo es hermoso por su construcción sino por el lugar donde se encuentra. Se trata de un paisaje plagado de vegetación verde que con el simple hecho de escuchar el silencio, transmite la sensación de tranquilidad y calma…
Como ocurre en otros tantos municipios de Burgos, sin duda no te podrás ir de él sin visitar el bar del pueblo y probar la tradicional morcilla. Se trata del plato estrella, del cual podrás disfrutar de todas la formas posibles: en tapa, como bocadillo, en ración o en un buen cocido amenizado con el sabor de este alimento que tradicionalmente se comía en la época de matanza.