Situado en una cota elevada, nos encontramos con Ciruelos del Pinar. Este un pueblo bien urbanizado, y en sus calles hay varias grandes casonas de recio sillarejo, y gran plaza central.
Una de las principales fuentes de ingresos de sus habitantes son los extensos pinares del término lo que ha posibilitado un elevado nivel de vida de sus habitantes y una urbanización perfecta.
En las proximidades han surgido multitud de chalets utilizados como segunda vivienda.
El término entero está lleno de hermosos parajes.
Perteneció este lugar al alfoz de Medinaceli, en su frontera con el señorío de Molina. Durante el siglo XIV era del señorío de los López de Tovar, que la tomaron con violencia.
Tras varios años de intentonas, en 1.500 consiguieron los de esta familia la pertenencia de Cobeta, su castillo y aldeas, a cambio de entregar Ciruelos a las monjas bernardas de Buenafuente, que ejercieron el señorío de esta villa por poco tiempo, pasando definitivamente a los duques de Medinaceli, hasta el siglo XIX.
Su iglesia parroquial es característica de la arquitectura rural del siglo XVII, aunque es muy sencillo y no posee nada destacable en el aspecto artístico.
En las cercanías de Ciruelos se encuentra la ermita del Buen Desvío, importante cruce de caminos en dirección al señorío molinés, lugar de devoción mariana y, al mismo tiempo, asiento de una casa-residencia de los antiguos dueños del territorio.