La villa se asienta sobre la ladera de uno de los cerros característicos de la comarca del Cerrato, profusamente excavada en cuevas prehistóricas que hoy se usan como bodegas. El acceso más directo desde Palencia, situada a 33 km al oeste de Herrera, es la carretera nacional 620. Se cree que procede de un asentamiento romano, y en el siglo XI perteneció a Alfoz de Palenzuela con el nombre de Ferrera. En el siglo XIV era villa de behetría, y a finales de la siguiente centuria pasó a pertenecer al rey Sancho de Castilla, presente ofrecido por el almirante Enríquez. La actual denominación del lugar significa “herrería del valle de las cañas”, aunque no se conoce su relación con el metal.
En el término existían varias ermitas dedicadas a San Cristóbal, San Antón, San Miguel, San Esteban y a Nuestra Señora de los Remedios, de las cuales ha permanecido ésta última. A pesar de estar bastante en ruinas, merece la pena acercarse a ella para gozar de las preciosas vistas que desde el cerro se dominan. El monumento más relevante de Herrera es su iglesia parroquial dedicada a Santa Cecilia, que comenzó a construirse en el siglo XIV en estilo gótico. Consta de tres naves solemnes y una portada de la época primorosamente esculpida. Posee la categoría de Monumento Histórico Artístico, y en el interior se exhibe una figura gótica de Cristo en la Cruz, además de varios retablos barrocos.
Como tierra de agricultores, Hérmedes celebra una procesión en honor a San Isidro Labrador el 15 de mayo. Además de la fiesta patronal de Santa Cecilia, el 22 de noviembre, se celebra la fiesta de la Virgen de los Remedios, que antiguamente tenía una imagen en la ermita, y cuya festividad se lleva a cabo ahora en honor de los vecinos que han emigrado y que vuelven al pueblo en agosto.